El calor nos siguió todo el camino hasta Miramar, sumado con un poco de cansancio, tras un viaje en un bondi lechero y unas 4 horas de esperas para subirnos al micro que nos llevaría desde Balcarce hasta Mar del Plata.
El hostel estaba muy bien ubicado, a media cuadra del centro y dos de la playa, y la gente en el muy buena onda. El segundo día ya estábamos charlando tanto con los empleados como con los pocos otros huéspedes y, por más que los primeros dos días fueron mayormente de trabajo, terminamos pasando un muy buen tiempo.
Para la mitad de la semana ya estábamos organizando para salir y pasar la tarde juntos con Diego, un surfer que frecuenta la costa miramarense y que nos invito a aprender un poco con el.... por lástima el mar no quiso ayudar en eso y no nos dio oportunidad en el día que habíamos elegido, pero eso no nos impidió tener una muy buena tarde de playa (nos llevo a conocer playas mas alejadas que las del centro que frecuentábamos), y por la tarde recorrimos el famoso bosque energético, hasta llegar a la playa al final del recorrido, saliendo cerca del complejo las Dunas.
El fin de semana (largo de carnaval) trajo consigo un montón de gente y barullo, así como el ritmo y bombo de una comparsa. El hostel se lleno, se hizo bastante más denso caminar por el centro y, como siempre, hubo un aumento de precios en varios negocios. A pesar de todo esto, extendimos nuestra estadía hasta el domingo (tanto nuestra habitación como el resto del hostel estaban reservados después) porque el finde largo también trajo algo mas.... una yapa familiar.
Y por suerte pudimos compartir un día con buen clima y algo de sol, que no se dejaba ver mucho últimamente, con los chicos a mucha paleta, olas y sushi! Que lo hicimos extenderse hasta ya entrada la noche con cena y vino :)
Tengo que seguir diciendo, que lindo es ver y compartir esto con caras conocidas, mas allá de que sea a 18000 km o a unas horas de auto desde casa, todo se vuelve parte de la aventura :D